Cuando regresa a casa después del partido, el parador en
corto de los Phillies de Filadelfia Freddy Galvis por lo general se mete a su
cama y mira episodios viejos de Friends. Aunque Galvis, venezolano de 27 años,
comenzó a entender el idioma inglés a una edad adulta, es tan adicto a la serie
que ha visto cada episodio de las 10 temporadas por lo menos cinco veces (y la
cuenta continúa), lo que desespera un poco a su esposa.
Cortesía.
“Son los mismos episodios que ya he visto”, dice, “y mi
esposa me dice: ‘¿Otra vez?’”.
Luis Severino, de 23 años, lanzador de los Yankees
originario de la República Dominicana, se identifican con Galvis.
También David
Peralta, de 30 años, jardinero de los Diamondbacks de Arizona, venezolano, y Miguel
González, de 33 años , lanzador de los Rangers de Texas quien nació en México, así
como otros jugadores latinos en las Grandes Ligas.
Para una generación de estadounidenses, Friends es como un
tesoro cultural, un pedazo reluciente de los 90. Sin embargo, su popularidad
llegó mucho más lejos de Estados Unidos, y para algunos beisbolistas de habla
hispana es algo más: una guía idiomática, una piedra de Rosetta disfrazada de
seis amigos veinteañeros conviviendo en Manhattan.
“Ahora que está en Netflix, siempre lo veo”, dice Wilmer
Flores, beisbolista que juega para los Mets, de 26 años, originario de
Venezuela. “Cuando me levanto, prendo el televisor, y veo cualquier episodio
que estén transmitiendo y sigo viéndolos. Dejo de hacerlo cuando me voy al
estadio. Cuando vuelvo a la casa del estadio, sigo donde lo dejé”.
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¿La comedia ha logrado mejorar su inglés? “Es casi perfecto”, dijo Jerry Blevins, compañero de equipo
de Flores, quien es originario del estado de Tennesseee. “Me sorprende cuando
no sabe algo”.
Flores, Peralta y Galvis aprendieron algo de Inglés en el
colegio en Venezuela. “Pero siempre obtuve malas calificaciones porque no me
gustaba esa forma de aprendizaje”, dijo Galvis.
González también recibió clases de inglés en la escuela
cuando se mudó al sur de California. Algunos jugadores también recibieron
clases de inglés después de firmar con un equipo.
No obstante, esos jugadores afirman que aprendieron más
cuando llegaron a Estados Unidos y se empaparon con el inglés. En términos de
sumergirse en el idioma, pocas cosas se comparan a llegar a un pequeño poblado
de ligas menores con pocos hispanohablantes, y tener la necesidad de pedir
comida.
Productos de la cultura popular, especialmente Friends, fue
educación a través del entretenimiento.
“Lo básico puedes aprenderlo en un salón de clases”, dijo
Flores. “Pero para hablar el idioma, eso lo consigues al escuchar en la casa
club, en la calle o de la televisión”.
Flores dice que no puede recordar exactamente cuando vio
Friends por primera vez, pero fue en algún momento del inicio de su carrera en
las ligas menores de Estados Unidos, tal vez cuando era un adolescente y lejos
de casa.
Aunque afirma que en ese entonces entendía suficiente
inglés, no tenía la seguridad suficiente para responder durante una
conversación. Conforme adquirió mayor confianza, aprendió palabras de sus
compañeros de equipo y compró los DVD con las diez temporadas de Friends, que
se transmitieron desde 1994 hasta 2004, para ver los episodios de nuevo en casa
durante los meses de descanso del béisbol.
Ahora es seguramente el más fanático de Friends en el
béisbol. Ha visitado el estudio en Burbank, California, donde el programa era
grabado, y ha elegido el tema musical de la serie para que se reproduzca en el
sistema de altoparlantes del estadio cuando es su turno al bate.
Flores dice que todavía ve la comedia casi todos los días, y
que ha visto cada episodio por lo menos siete veces. “Mi mamá piensa que la veo
demasiado”, dijo.
González es tal vez el que mejor habla inglés del grupo
porque entró en contacto con el idioma desde su infancia en San Fernando. Aun
así, todavía tuvo ayuda de las películas y los programas de televisión,
incluido Salvados por la campana, y Friends, que veía con un tío.
“Eso es lo que él veía, así que nos sentábamos y veíamos
televisión”, dijo González.
Para Galvis, las transmisiones en inglés con subtítulos en
español en la televisión venezolana fueron una excelente herramienta de
aprendizaje. “De esa manera, puedes comparar qué están diciendo”, dijo. “Si
ellos dicen ’happy’, ves que está feliz y el subtítulo dice ‘feliz’, entonces
puedes aprender. Puede que no aprendas al 100 por ciento, pero aprenderás a
asociar”.
Y si Severino no entendía alguna palabra del programa, le
pedía ayuda a sus compañeros de equipo o amigos.
Peralta dijo que escuchar música en inglés y casarse con una
estadounidense también le ayudaron. Ya no necesita subtítulos para ver Friends
y todavía ve el programa diariamente a pesar de haber visto todos los
episodios.
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“Cuando estamos en Arizona, empieza a las once de la noche,
así que lo veo hasta la una de la madrugada y después, me voy a dormir”, dijo.
La mayoría de los jugadores dijo que Joey, el personaje de
un actor que lucha por salir adelante interpretado por Matt LeBlanc, era su
personaje favorito. El humor del programa les resultaba atractivo a pesar de (o
tal vez gracias a que) las vidas de seis estadounidenses blancos en West
Village eran muy diferentes a las de ellos.
La ciudad de Nueva York que Flores ha conocido al jugar para
los Mets no es como la que es representada en Friends. “En las fotos, se ve
igual, pero el tráfico y trasladarse por ella es muy diferente”, dijo.
Como Flores, Galvis trata de evangelizar sobre Friends. Él
le dice a los jóvenes jugadores hispanohablantes que él es una prueba viva que
consumir cultura popular en inglés puede ayudar. Y aunque ahora habla inglés
con fluidez, todavía ve Friends con subtítulos en español para que su esposa
pueda aprender inglés.
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Marta Kauffman, una de las creadoras del programa, dijo que
estaba muy feliz de conocer el poco probable y no intencional impacto en
ciertos jugadores. Ella comparó el fenómeno a cómo el medicamento Viagra fue
originalmente diseñado para tratar los problemas cardíacos, pero posteriormente
fue adoptado para un propósito muy diferente.
“Siempre quieres que tu programa sea disfrutable y que la
gente te diga: ‘Oh, Dios mío, amo ver tu programa’”, dijo Kauffman. “Pero no
esperas que logre algo, y eso se siente muy bien”.
Kauffman agregó que algún día le encantaría conocer a los
beisbolistas que aman Friends. Aunque sí lamentó una situación: “A la esposa
del jugador que ya está cansada de ver tanto el programa, le pido me disculpe”.
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