viernes, 22 de septiembre de 2017

Los beisbolistas que aman "Friends"

Cuando regresa a casa después del partido, el parador en corto de los Phillies de Filadelfia Freddy Galvis por lo general se mete a su cama y mira episodios viejos de Friends. Aunque Galvis, venezolano de 27 años, comenzó a entender el idioma inglés a una edad adulta, es tan adicto a la serie que ha visto cada episodio de las 10 temporadas por lo menos cinco veces (y la cuenta continúa), lo que desespera un poco a su esposa.

Cortesía.

“Son los mismos episodios que ya he visto”, dice, “y mi esposa me dice: ‘¿Otra vez?’”.

Luis Severino, de 23 años, lanzador de los Yankees originario de la República Dominicana, se identifican con Galvis.

También David Peralta, de 30 años, jardinero de los Diamondbacks de Arizona, venezolano, y Miguel González, de 33 años , lanzador de los Rangers de Texas quien nació en México, así como otros jugadores latinos en las Grandes Ligas.

Para una generación de estadounidenses, Friends es como un tesoro cultural, un pedazo reluciente de los 90. Sin embargo, su popularidad llegó mucho más lejos de Estados Unidos, y para algunos beisbolistas de habla hispana es algo más: una guía idiomática, una piedra de Rosetta disfrazada de seis amigos veinteañeros conviviendo en Manhattan.



“Ahora que está en Netflix, siempre lo veo”, dice Wilmer Flores, beisbolista que juega para los Mets, de 26 años, originario de Venezuela. “Cuando me levanto, prendo el televisor, y veo cualquier episodio que estén transmitiendo y sigo viéndolos. Dejo de hacerlo cuando me voy al estadio. Cuando vuelvo a la casa del estadio, sigo donde lo dejé”.

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¿La comedia ha logrado mejorar su inglés? “Es casi perfecto”, dijo Jerry Blevins, compañero de equipo de Flores, quien es originario del estado de Tennesseee. “Me sorprende cuando no sabe algo”.

Flores, Peralta y Galvis aprendieron algo de Inglés en el colegio en Venezuela. “Pero siempre obtuve malas calificaciones porque no me gustaba esa forma de aprendizaje”, dijo Galvis.

González también recibió clases de inglés en la escuela cuando se mudó al sur de California. Algunos jugadores también recibieron clases de inglés después de firmar con un equipo.

No obstante, esos jugadores afirman que aprendieron más cuando llegaron a Estados Unidos y se empaparon con el inglés. En términos de sumergirse en el idioma, pocas cosas se comparan a llegar a un pequeño poblado de ligas menores con pocos hispanohablantes, y tener la necesidad de pedir comida.

Productos de la cultura popular, especialmente Friends, fue educación a través del entretenimiento.

“Lo básico puedes aprenderlo en un salón de clases”, dijo Flores. “Pero para hablar el idioma, eso lo consigues al escuchar en la casa club, en la calle o de la televisión”.

Flores dice que no puede recordar exactamente cuando vio Friends por primera vez, pero fue en algún momento del inicio de su carrera en las ligas menores de Estados Unidos, tal vez cuando era un adolescente y lejos de casa.

Aunque afirma que en ese entonces entendía suficiente inglés, no tenía la seguridad suficiente para responder durante una conversación. Conforme adquirió mayor confianza, aprendió palabras de sus compañeros de equipo y compró los DVD con las diez temporadas de Friends, que se transmitieron desde 1994 hasta 2004, para ver los episodios de nuevo en casa durante los meses de descanso del béisbol.

Ahora es seguramente el más fanático de Friends en el béisbol. Ha visitado el estudio en Burbank, California, donde el programa era grabado, y ha elegido el tema musical de la serie para que se reproduzca en el sistema de altoparlantes del estadio cuando es su turno al bate.

Flores dice que todavía ve la comedia casi todos los días, y que ha visto cada episodio por lo menos siete veces. “Mi mamá piensa que la veo demasiado”, dijo.

González es tal vez el que mejor habla inglés del grupo porque entró en contacto con el idioma desde su infancia en San Fernando. Aun así, todavía tuvo ayuda de las películas y los programas de televisión, incluido Salvados por la campana, y Friends, que veía con un tío.

“Eso es lo que él veía, así que nos sentábamos y veíamos televisión”, dijo González.

Para Galvis, las transmisiones en inglés con subtítulos en español en la televisión venezolana fueron una excelente herramienta de aprendizaje. “De esa manera, puedes comparar qué están diciendo”, dijo. “Si ellos dicen ’happy’, ves que está feliz y el subtítulo dice ‘feliz’, entonces puedes aprender. Puede que no aprendas al 100 por ciento, pero aprenderás a asociar”.

Y si Severino no entendía alguna palabra del programa, le pedía ayuda a sus compañeros de equipo o amigos.

Peralta dijo que escuchar música en inglés y casarse con una estadounidense también le ayudaron. Ya no necesita subtítulos para ver Friends y todavía ve el programa diariamente a pesar de haber visto todos los episodios.

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“Cuando estamos en Arizona, empieza a las once de la noche, así que lo veo hasta la una de la madrugada y después, me voy a dormir”, dijo.

La mayoría de los jugadores dijo que Joey, el personaje de un actor que lucha por salir adelante interpretado por Matt LeBlanc, era su personaje favorito. El humor del programa les resultaba atractivo a pesar de (o tal vez gracias a que) las vidas de seis estadounidenses blancos en West Village eran muy diferentes a las de ellos.

La ciudad de Nueva York que Flores ha conocido al jugar para los Mets no es como la que es representada en Friends. “En las fotos, se ve igual, pero el tráfico y trasladarse por ella es muy diferente”, dijo.

Como Flores, Galvis trata de evangelizar sobre Friends. Él le dice a los jóvenes jugadores hispanohablantes que él es una prueba viva que consumir cultura popular en inglés puede ayudar. Y aunque ahora habla inglés con fluidez, todavía ve Friends con subtítulos en español para que su esposa pueda aprender inglés.


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Marta Kauffman, una de las creadoras del programa, dijo que estaba muy feliz de conocer el poco probable y no intencional impacto en ciertos jugadores. Ella comparó el fenómeno a cómo el medicamento Viagra fue originalmente diseñado para tratar los problemas cardíacos, pero posteriormente fue adoptado para un propósito muy diferente.

“Siempre quieres que tu programa sea disfrutable y que la gente te diga: ‘Oh, Dios mío, amo ver tu programa’”, dijo Kauffman. “Pero no esperas que logre algo, y eso se siente muy bien”.


Kauffman agregó que algún día le encantaría conocer a los beisbolistas que aman Friends. Aunque sí lamentó una situación: “A la esposa del jugador que ya está cansada de ver tanto el programa, le pido me disculpe”.

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