Era el año 1917. En pleno régimen gomecista nueve personas
se reunieron en el bar “Back Stop” de Catia. Tenían la osada intención de
escoger, de manera democrática, algo impensable para el momento político, el
nombre de un nuevo equipo de béisbol. La votación arrojó un ganador
indiscutible: Magallanes.
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Al bravo estrecho homónimo, entre los océanos Atlántico y
Pacífico, se le debe la identificación de la organización deportiva de mayor
longevidad en Venezuela. “Muy pocos barcos atraviesan airosos por allí, así
como en el futuro sucederá con los clubes que enfrenten al Magallanes” sentenció
ese 26 de octubre Antonio Benítez, quien fue uno de los fundadores y además
dueño del local cercano al Palacio de Miraflores según reseña el historiador,
comentarista e integrante del circuito oficial del conjunto Giner García.
Para aquella época aún no existía béisbol profesional. Las
rivalidades entre parroquias caraqueñas eran la principal atracción de los
aficionados a esta disciplina. La Nave Turca, como se le conoció desde sus
inicios en el ámbito popular debido al origen árabe de cuatro de sus miembros
creadores, perdió con un rotundo 20 a 6 contra Flor de Ávila, durante su debut
en febrero de 1918. Luego de esa primera experiencia, la fiebre española
apareció en el país y diezmó a los peloteros del conjunto, el cual no volvió a
competir hasta 10 años después.
Con el nacimiento de la Liga Nacional de Béisbol en 1927,
aún en la era amateur, se dio la primera refundación del equipo. En el
siguiente lustro la novena se instauró en el corazón de la parroquia capitalina
donde se originó su existencia y legó su nombre a la populosa Magallanes de
Catia. Juan Vicente Gómez seguía en el poder y su hijo era dueño del Concordia,
conjunto que ofreció cuantiosas sumas de dinero a los mejores peloteros de los
turcos y acabó con su segundo período de actividad.
El año 1941 marcó un año histórico para el béisbol
venezolano. Se logró el primer Campeonato Mundial Amateur en Cuba y para el
Magallanes entró en escena un empresario de productos electrodomésticos: Carlos
Lavaud compró los derechos de la organización a los antiguos dueños. Allí
surgió el mote de “los eléctricos”, con el que aún se conoce al equipo.
INICIO DE LA ERA PROFESIONAL
Con Lavaud al frente y la presencia de Vidal López, Jesús
“Chucho” Ramos y Alejandro “Patón” Carrasquel como figuras, el Magallanes formó
parte del nacimiento del profesionalismo en Venezuela en 1946. Ganó el primer
juego disputado en la liga, con marcador de cinco carreras por dos contra el
Patriotas y en los registros dejó la primera anotada en los pies de Luis
Aparicio Ortega, así como el primer triunfo para un lanzador con el sello
Carrasquel.
La llegada del manager cubano Lázaro Salazar y la aparición
del joven sensación Luis “Camaleón” García, distinguido como Novato del Año, le
dieron el primer título profesional al club en la temporada 1949-1950. El
dominio se reafirmó en la zafra siguiente, con el bicampeonato. Los
protagonistas fueron prácticamente los mismos y con ellos se comenzó a llenar
el palmarés de la organización.
El tercer campeonato llegó en la 1954-1955, de nuevo con
Salazar como timonel, apenas dos años antes de su muerte en México, donde logró
otros siete títulos. Los resultados deportivos no se reflejaron en los
económicos, por lo que Lavaud se vio obligado a vender el equipo a nuevos
propietarios, los publicistas Joe Nava y Jhonny Cruz. El empresario cedió la
franquicia pero no el nombre, razón por la que el conjunto pasó a llamarse
primero Indios de Oriente y luego Estrellas Orientales. Durante esta época no hubo
mayor resonancia en los terrenos, pero se logró una popularidad notoria en la
región oriental del país debido a las continuas giras en esa zona.
LLEGADA A VALENCIA
Ya con la marca de Navegantes del Magallanes, José Ettedgui
y Alberto Raidi adquirieron la divisa en 1969 y la trasladaron a la ciudad de
Valencia. El estadio “José Bernardo Pérez” fue adoptado como sede y escenario
principal de nuevas hazañas. El éxito fue inmediato: En esa debutante campaña
en la capital carabobeña el equipo no solo se alzó con el campeonato nacional
sino también con su primera Serie del Caribe, la cual se disputó en Caracas, su
antiguo hogar.
La década de los 70 dejó otros dos títulos en las vitrinas
magallaneras y el recuerdo del denominado “Poder Negro”. Clarence Gaston, Jim
Holt, Harold King, Don Baylor, Dave Parker, Jim Rice, Herman Hill, Bob Darwin,
Iván Murrel y Mitchell Page conformaron el grupo de peloteros importados de
raza negra que marcó una época en la pelota rentada. En la 76-77 los bucaneros
consiguieron su quinto título, al vencer a los Tiburones de La Guaira y en la
78-79, de la mano de Willie “El Brujo” Horton en rol de jugador-manager,
lograron una épica remontada del último lugar al título en la liga, con el
colofón de su segundo cetro caribeño.
Luego de su sexta corona, el Magallanes inició una sequía de
14 temporadas sin probar las mieles del triunfo absoluto en la liga. En los 80
atravesó un período de fracasos, con los peores registros en desempeño de su
historia. En los años 90, la renovación a cargo de Carlos García, Álvaro
Espinoza y Juan Carlos Pulido, como líderes de un grupo en el que despuntaron
Luis Raven, Melvin Mora, Richard Hidalgo y Edgardo Alfonzo, entre otros
jóvenes, dejó su huella en los campeonatos 93-94, 95-96 y 96-97.
PASIÓN CENTENARIA
La Nave completó su tercer bicampeonato histórico en las
temporadas 2012-2013 y 2013-2014, con Luis Sojo y Carlos “El Almirante” García
alternándose el mando de la novena, y la actuación de Mario Lissón, Pablo
Sandoval, Adonis García, Ramón Hernández y Endy Chávez en papeles estelares.
Posterior a los títulos prosiguieron dos subcampeonatos seguidos, además del
fin de la era García como manager de la divisa.
La recapitulación de la historia del Magallanes desde sus
inicios es una labor tan extensa como llena de episodios que marcan las idas y
venidas de una franquicia que logró mantenerse en el tiempo. Entre los logros
de mayor prestigio resalta el de ser la segunda organización más ganadora del
béisbol venezolano, con 12 gallardetes, solo detrás de sus eternos rivales los
Leones del Caracas, con 20, además de la primera conquista de la Serie del
Caribe para un equipo representativo del país.
La temporada 2017-2018 marcará el centenario de un club
arraigado en la cultura venezolana, casi universal por la naturaleza de un
nombre que todos adoptan como propio. Nueve hombres se reunieron aquel 26 de
octubre para dar comienzo a un sueño beisbolero que hoy es sinónimo de pasión y
alegría para millones de personas, no solo en la nación sino en cada rincón del
mundo donde exista un individuo que se haga llamar magallanero.
Redacción: José Ángel Rodríguez / El Carabobeño
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