En un equipo repleto de líderes veteranos, él era
considerado el capitán no oficial. Y en una alineación que contaba con varias
superestrellas, era él a quien el equipo anhelaba ver al bate en situaciones
cruciales.
Se trata de Edgar Rentería, quien pese a no haber recibido
mucho reconocimiento ni atención se destacó durante gran parte de sus 16
temporadas como ligamayorista. Luego de haber sido convocado a cinco Juegos de
Estrellas y ganado dos Series Mundiales, el colombiano aparece en la papeleta
para el Salón de la Fama por primera vez.
A Rentería se le recuerda principalmente por sus seis
campañas en San Luis, donde fue una pieza clave de cuatro equipos que
alcanzaron la postemporada. Pero a lo largo de su carrera, el oriundo de
Barranquilla también ayudó a otros clubes a conseguir títulos de Serie Mundial.
A los 21 años de edad, en su segunda campaña como
ligamayorista, Rentería conectó el batazo decisivo por los Marlins en el Juego
7 del Clásico de Otoño de 1997. En el 2010, su penúltima temporada, fue
nombrado el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial con los Gigantes.
De por vida, Rentería bateó .286 con 2,327 imparables y
anotó 1,200 carreras. También ganó dos Guantes de Oro y tres Bates de Plata y
fue convocado a tres Juegos de Estrellas como campocorto titular. A la vez, con
su estilo refinado en el terreno de juego y su cálida y juguetona actitud en el
clubhouse, se ganó el aprecio de sus compañeros de equipo.
"Edgar fue uno de mis compañeros de equipo
favoritos", expresó el jardinero Aaron Rowand, quien jugó con Rentería en
San Francisco. "Lo considero uno de los mejores compañeros. Todo el mundo
debería tener la buena fortuna de jugar con alguien como él".
Rentería, quien firmó con los Marlins a los 15 años, hizo su
debut de Grandes Ligas cuatro años después, en 1996. De una vez demostró que
merecía estar en la Gran Carpa, ya que terminó en el segundo lugar en las
votaciones para el premio al Novato del Año en la Liga Nacional esa temporada.
Durante tres campañas, Rentería fue un jugador titular
sólido por los Marlins, incluso fue convocado al Clásico de Media Temporada
por primera vez en 1998, pero fue después de ser canjeado a los Cardenales en
diciembre de ese año que más se destacó. Por San Luis, bateó .290 con
porcentaje de embasarse de .347 y slugging de .420.
Rentería incluso llegó a ser considerado el capitán no
oficial de los Cardenales, a pesar de que el club contaba con la presencia de
veteranos más establecidos. Y aun en un lineup que incluía al dominicano Albert
Pujols, Scott Rolen y Jim Edmonds, era a Rentería a quien sus compañeros
querían al bate en los momentos apremiantes.
A Rentería no le fue bien cuando firmó con Boston como
agente libre, pero recuperó la forma una vez que regresó al Viejo Circuito como
integrante de los Bravos. El torpedero tuvo dos campañas sólidas por Atlanta
antes de ser enviado en un canje a Detroit. Luego firmó con los Gigantes como
agente libre y consiguió su segundo anillo de Serie Mundial. Su última
temporada en Grandes Ligas fue con Cincinnati en el 2011.
A lo largo de su carrera, Rentería fue un bateador fuerte,
un corredor de bases excepcional, un defensor de calidad y un compañero
valorado.
Con información de MLB.
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