El serpentinero Anderson
Espinoza, quién fue sometido a la operación Tommy John en su codo de lanzar en
julio del año pasado, ya comenzó a soltar pelotas en Peoria – Arizona, casa
primaveral de los Padres de San Diego.
Espinoza llegó a “los católicos”
en 2016 desde Boston a cambio de Drew Pomeranz con un cartel de los mejores
prospectos de Las Mayores, que hasta en la actualidad lo mantiene, al ser
catalogado por MLB Pipeline como el pelotero 89 con mejores herramientas de
todo el sistema de Ligas Menores.
Con apenas 19 años, y todos los
aspectos mediáticos en los que ha estado inmerso, el lanzador no le teme a ser
considerado entre los mejores prospectos del béisbol ni a su proceso de
recuperación tras una de las operaciones más difíciles del deporte. “De verdad
no siento ningún tipo de presión ni algo por el estilo”, comentó a Los Dioses
del Béisbol. “Sólo me dan ganas de seguir trabajando para dejar de ser prospecto
y ser una estrella en grandes ligas”.
Foto MiLB.com
En apenas 2 años de acción en
MiLB (2015 y 2016), el venezolano tiene récord de 6-13, con efectividad de 3.35
en 40 juegos, tras 166.2 entradas trabajadas y en las que ha cosechado 165
ponches.
Durante el 2017, el caraqueño se
perdió toda la temporada, sin embargo, comentó que tuvo excelentes enseñanzas,
en su modo de pensar, aspectos físicos y maduró como pelotero. “Mentalmente me
hice fuerte porque no era fácil lidiar con algo así, pero para este 2018 soy un
Anderson Espinoza súper trabajador”.
Y sobre sus metas a corto a
plazo, el diestro dejó claro que trabaja en recuperarse del todo y poder lanzar
sin molestias.
Redacción: @LDDBeisbol
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