Carlos Carrasco trata de no pensar mucho en cómo les hubiese
ido a los Indios en la Serie Mundial si el venezolano hubiera estado saludable.
Se ha enfocado, por el contrario, en la labor que hizo el resto de la rotación
y lo que eso pudiese significar de cara al próximo intento de Cleveland por
volver al Clásico de Otoño.
Durante las últimas dos semanas, Carrasco ha estado tirando
libre de los problemas que le produjo la fractura de la mano derecha que sufrió
en septiembre. El diestro ha lanzado a larga distancia con el dominicano y
también abridor de los Indios, Danny Salazar, quien tampoco pudo integrar la
rotación de la Tribu debido a una lesión. Ahora que se espera que ambos estén
listos para el Día Inaugural, Carrasco está entusiasmado nuevamente con las
posibilidades de Cleveland.
"En estos momentos estoy al 100%. Estoy bien",
dijo Carrasco desde la República Dominicana, donde esta semana está ayudando a
distribuir guantes de béisbol y zapatos a niños. "Este año voy a estar
listo para ayudar al equipo. No veo la hora de que lleguen los Entrenamientos
Primaverales y de poder comenzar la temporada nuevamente".
Carrasco ha estado ocupado este invierno.
Después de la Serie Mundial, el venezolano y su familia
fueron a Europa de vacaciones. Por los últimos tres meses su casa en Tampa se
ha convertido en un depósito de medicinas y donaciones que llevará a Venezuela
gracias su fundación. El pitcher estuvo en Cleveland la semana pasada para una
revisión médica, ha pasado tiempo haciendo trabajo caritativo en el área de
Tampa Bay y ahora está en la República Dominicana.
Carrasco espera regresar a Cleveland para el Tribe Fest el
28 de enero y después viajará a Arizona para empezar temprano su trabajo en los
Entrenamientos Primaverales. Por los momentos, el derecho está tirando desde
100 metros de distancia y ha vuelto a levantar pesas. Su mano derecha, fracturada por una línea de Ian Kinsler el 17 de septiembre ya no le está
dando problemas.
La lesión, una fractura del quinto metacarpiano, le costó el
resto de la temporada regular y los playoffs. El derecho terminó el 2016 con
récord de 11-8 y 3.32 de efectividad, más 150 ponches en 146.1 innings. Su
ausencia fue un gran golpe para los Indios, que en los playoffs dependieron
mucho de Corey Kluber, Josh Tomlin y Trevor Bauer.
Con esos tres brazos, más una salida del novato Ryan Merritt
en la Serie de Campeonato de la Liga Americana ante Toronto, Cleveland llegó a
la Serie Mundial por primera vez desde 1997. Allí batallaron hasta el Juego 7,
siempre con Carrasco apoyándolos desde la banca.
"¿Sabes qué? Fue un poco duro. Pero al mismo tiempo no podía mostrarles eso a mis compañeros. Siempre me
hablan de lo feliz que estoy, como estoy siempre haciendo bromas. Tan pronto me
dieron el batazo, me dije que no podía dejar que eso me tumbara. Necesitaba
sentirme bien y ser la misma persona con todo el mundo. Entonces, eso es lo que
hice", indicó el serpentinero.
Carrasco vio cómo Kluber, Tomlin y Bauer casi le dan un
título a Cleveland. "Siento mucho, mucho respeto por esos tres
muchachos", mencionó el venezolano. "Lo que hicieron fue increíble. Dieron
todo".
Y el diestro está convencido de que los Indios tienen las
piezas para intentarlo de nuevo. "Lo que esos tres muchachos hicieron fue
grandioso", dijo Carrasco. "Ahora, con cinco en la rotación, será
fantástico una vez que empiece la temporada".
MLB.
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